Cómo educar hijos felices, afectuosos, respetuosos, y sin pasar ningún esfuerzo

Madre en obra. Transformarse. Métodos


Existen muchas manera de llamar la atención, y el título que puse es una de ellas.
Ahora, si te digo que encontré la fórmula perfecta para lograrlo, y que quiero compartirla contigo en el artículo. ¿Lo crees?
¿No sientes siquiera una mínima duda?
¿No se cruza por tu cabeza una fugaz advertencia: algo raro pasa aquí?

Quienes nos embarcamos en la tarea de ser padres sabemos que el título expresa nuestro más profundo deseo, pero se contradice de lleno con la realidad.
Sin embargo, sin llegar a un título como el de arriba, encontrarás muchos lugares de Internet que apuestan a esto: compartir la fórmula perfecta para educar hijos. 

  • 10 consejos para educar hijos felices
  • 14 maneras de lograr que tu hijo sea respetuoso
  • Claves para educar hijos sin esfuerzo

Es cierto que el nacimiento de un niño provoca inseguridad, amor, alegría, entusiasmo. Pero la inseguridad muchas veces es la que lleva la batuta. 
Tal angustia nos provoca no saber, que muchas veces llegamos a aceptar que el otro sabe lo que debo hacer.

Pues llegó el momento de tomar la inseguridad abajo del brazo y abrirse camino. Sobre eso hablará este artículo. Compartiré información y te daré ideas para que puedas elegir tu camino para educar.

Los "métodos" ocultan a la persona.

Esto no te lo dicen quienes saben cómo educar hijos.
Enfocar en el método, en lo que hay que hacer, nos hace que perder de vista lo que sucede con las personas.

Te cuento algo que me sucedió cuando niña:
Mis maestras trataron de disciplinarme para que aprendiera a resolver problemas utilizando un método muy simple: 
  • El planteo de lo que harás, a la izquierda
  • Las operaciones, a la derecha
  • La respuesta, al final. 
Los adultos, ocupados en su metodología, no lograron ver que -con dibujos y otras estrategias- resolvía los problemas escolares a mi manera.

Yo aprendía. Los resultados estaban a la vista. Sé que no copiaba las respuestas (yo estaba allí). Pero la sobrevaloración de lo metódico les hizo creer que "si no hay métodos, copió". 
Todo porque en la sociedad lineal y ordenada que se promovía en mi país durante la década del 70, salirse de la norma no estaba bien valorado. 

Si no se hubieran enfocado en lo que hay que hacer, hubieran aceptado que llegaba al resultado por otros caminos. Pero "seguir el método de resolución" llevó a que la persona que resolvía el problema y los conocimientos que iba adquiriendo, quedaran en segundo plano.

Los métodos imponen una visión.

Esto tampoco lo dicen quienes escriben sobre qué debes hacer en cada caso con tu hijo. 
Los métodos imponen una visión del mundo y de la vida que no tiene por qué ser la que quieres que aprenda tu hijo.

Una sale cansada del trabajo, pasa por el super, llega a casa, pone la cena, mira el informativo y escucha:
- Mami, ¿puedo jugar en Internet con un amigo?

Dar una respuesta siguiendo el método sobre cómo criar y educar hijos, puede que no sea la adecuada. Cuando una está cansada y responde, desde el piloto automático, un sí o un no de acuerdo a lo pautado por el método.
¿Por qué?, pregunto.

Confieso que en este caso en particular, no me agradan los juegos en línea.Y por ello, en mi caso tengo una valoración negativa hacia ese tipo de instancias. Si el método dice que hay que decir "no", yo estaría chocha.
Pero no se trata de mí sino de la vida de la persona a la que educo. 
Para esa persona, ese hijo, ahora, ¿qué consecuencias tiene jugar en línea o no jugar?

Cuando educas hijos, tiene que pensar.

Cuando educas hijos descubres rápidamente que las situaciones nunca son blancas o negras.
  • ¿Qué edad tiene tu hijo?
  • ¿Quién es el amigo con el que jugará?
  • ¿Qué juego? ¿Cuánto tiempo exige?
  • ¿Habíamos hecho acuerdos sobre el tema? ¿Cuáles?
  • ¿Es día de clases o fin de semana?
  • ¿Tengo disponibilidad para estar atenta a lo que sucede durante el juego?
  • ¿Qué consecuencias tiene un no para la vida de mi hijo? ¿y un sí?
Esta es una de las complejidades de educar siguiendo tu propio estilo: te sentirás insegura. Incluso después de tomar la decisión, pocas veces estaremos seguras de que era la mejor opción. 
Cuando educamos, para que no se active el piloto automático, conviene tener en cuenta el contexto, la persona de tu hijo, tu persona, etc.
Porque es la trama de lo que sucede lo que dará pistas para decidir qué hacer.

A modo de conclusión.

Antes de tener hijos uno tiene bastante claro lo que es bueno o malo. Lo que permitirá o no.
Sin embargo, la vida es flexible.
Frente a una situación puntual, lo más acertado es contextualizar. Incluso para llegar a decidir un no.
La decisión sobre un tema que plantea un niño no puede estar tomada de antemano (salvo excepciones). Conviene que dependa de:
  • El horizonte que te guía.
  • Tu propósito educativo. 
No olvides, MadreEnObra, que eres el diferencial en la educación de tu hijo. Que el estilo de vínculo que tu hijo construye con sus padres, es lo que importa en esta etapa de vida del ser humano.

Algo a tener presente:
Lo que decidas hacer puede parecerse a lo que indica X método, pero no es lo mismo.

Porque una decisión surgida de una reflexión que tiene en cuenta a las personas involucradas y el contexto, aunque por fuera se parezca a la de X método, tendrá consecuencias diferentes.
Tomará rumbos propios que se adecuarán a lo que vivas en el momento.