Cómo superar el miedo al fracaso de nuestros hijos

La cruel verdad, MadreEnObra, es que nunca podrás prever el futuro de tu hijo. 
Ya está. Lo dije.

Tienes que tenerlo presente porque, con la pretensión de asegurar el futuro de tu hijo, te venden de todo: desde juegos para estimular su inteligencia, hasta maternales que prometen el ingreso a la universidad si concurren a esa institución.

Este artículo no apoya la creencia que cualquier cosa sirve.  Lo que digo, MadreEnObra, es que precisas desenmascarar el miedo camuflado.  Descubrir las motivaciones que subyacen a las decisiones que tomas sobre la vida de tu hijo.
Y, también, que observes sus consecuencias.

Vayamos al principio:

Un niño es un ser humano que vive una etapa (la infancia) tan importante como otras etapas del ser humano. 

Cuando un niño vive presionado, su vida emocional se perjudica. ¿Y sabes qué es lo que más presiona a un niño? 
No alcanzar las expectativas de sus padres. 

¿Cuáles expectativas tienes para tu hijo?
Que sea feliz, obvio. Pero mira un poco más allá.
¿Hacia dónde apunta lo que decides para él? ¿Qué ideas tienes sobre cómo deseas que viva su vida?

Bueno, parto de la hipótesis que proyectas algo para ayudarle a crecer. Que tienes un horizonte hacia donde marchar.

Cuando tu hijo siente que debe hacer algo para ser reconocido y tener un lugar en tu mundo, afectas su futuro. 
Madre en Obra. Hijos. Educación.

Voy a hablarte del Casi.


Sí. El Casi, una expresión que indica un poco menos de lo que queríamos y que, de alguna manera, logra satisfacernos.
Antes que te atajes, te aviso que un Casi, nada tiene que ver con la mediocridad. 
No confundas.
El mediocre no aspiró a nada más que quedar a mitad de camino. 

El casi es otra cosa. Y te explico por qué.

1.-El casi aspira a ganar la carrera.


Pero hay un único ganador, y fue otro.
Hizo el esfuerzo. Se preparó. Corrió con todas sus ganas, y cien metros antes se dio cuenta que alguien le ganó.

Aún así, llegó hasta la meta.  
Fracasó, sí. Se quedó con las ganas de ganar. Pero su fracaso no es un final.  
El casi reconoce logros.

Y cuando educamos niños es vital reconocer sus logros. 

Exigencia vs impulso a mejorar.


Creo que está bien exigir a tus hijos.
Este artículo no apoya la creencia que cualquier cosa sirve. Porque no es sano. 
Lo que propongo, MadreEnObra, es descubrir cuáles motivaciones subyacen a las decisiones que tomas sobre la vida de tu hijo. 
  • ¿Sientes miedo a que fracase en un futuro?


Un Casi logro invita a volver a intentarlo. A un La próxima vez, me sale.
E impulsa a mejorar desde donde uno está. Porque mide lo hecho con la medida de esa persona.

La perfección, la búsqueda de excelencia no. 
Es un estándard impuesto por otros. Son otros los que valoran lo actuado, no quien lo actúa.

La exigencia de perfección siempre deja sabor amargo, porque compara. Y sabemos que una comparación, siempre desvaloriza a alguien.

La autoevaluación no es igual a evaluación.

No somos perfectos. Y los niños tampoco: Se les caen cosas. Olvidan lo que dijimos. Se aburren, enferman, enojan, hablan cuando deseamos silencio. 

Son personas como uno, es decir, imperfectas.
Y es comprensible que llegues a casa agotada y encuentres que tu hijo lo que sea haya hecho.

Pues, ponele humor. 
Mantener la calma es lo que diferencia un hogar de un loquero. 
El casi invita a aceptar las limitaciones propias y ajenas.

Conocí una madre que si, el encargado de ir al supermercado había olvidado hacer las compras, preparaba "Tortilla con lo que hay".

Llegaba agotada del trabajo y cero estrés.
Cero angustia u enojo. Porque comer es necesario, claro.

Pero mantener la calma es lo que diferencia un hogar de un loquero.
El casi permite convivir pues invita a
aceptar las limitaciones propias y ajenas.

 


Respetar el período de infancia.


Sé que está fuera de moda hablar del valor de la infancia per sé. Igual lo voy a hacer.

¿Sabías que en las pinturas de la Edad Media los niños se pintaban con proporciones de adultos? Como si fueran adultos en miniatura. Y esto no porque los pintores no supieran de proporciones, sino porque la infancia no existía como tal.
Es raro, pero cierto.

Una de las conquistas históricas de nuestra humanidad, fue reconocer que una etapa en la vida de un ser humano, es ser niño.
Y durante esa etapa suceden cosas que no suceden en otras etapas vitales.

Bien. Pues creo que la búsqueda de la excelencia académica desde estándares impuestos por el mercado, quita posibilidad a un niño de ser niño.
La preocupación adulta por el futuro, no deja a la persona niño vivir su infancia.

El siglo XXI exige a los niños como si fueran adultos pequeños.

La intensa búsqueda de excelencia, quita a los niños la posibilidad y el tiempo para vivir su vida.



En suma, madrenobra


El ALGO puede integrarse de las cosas más variadas: hacer el mejor dibujo para la heladera, responder siempre en forma brillante, saberlo todo, ser educado, sonreír, etc.

Sabes tan bien como yo que los conocimientos de hoy, dentro de diez años, serán obsoletos. ¿Quiere decir que tu hijo debería dejar de estudiar?
No, claro que no. 
Pero la diferencia la dará su vida emocional. Es su vida afectiva la que le dará confianza en la incertidumbre.


Ya sé, madrenobra. ¡Es tan incierto y cambiante el mundo!
Y el deseo es bueno, ofecer la mayor cantidad de herramientas. Pero ¿Qué sabes tú lo que tu hijo va a necesitar conocer en 20 años?

Lo que sí te aseguro es, si el niño no logra vivir su infancia, no madurará sano.
Aunque duela, lo tengo que decir. No se trata de medicarlo para que preste atención. Se trata de permitirle ser niño.

Por otra parte, estoy convencida que, si acompañamos al niño a ser quien es durante su niñez, le estamos ayudando y dando herramientas afectivas inmensas.

Y son estos instrumentos lo que le ayudarán cuando crezca. 
Por ejemplo.
Si se equivoca y permitimos el CASI, enseñaremos confianza en sí mismo
Al jugar libre de adultos con otros niños, aprenderá a resolver conflictos entre pares.
Al invitarle a realizar tareas de la casa (no sólo deberes o dejarle frente a la pantalla) aprenderá a comprometerse con la vida de su comunidad (en este caso, la familia).
No se trata de angustiarnos. No. Si esto que digo te duele, estás en el camino del darte cuenta. 
Lo que sigue es comenzar a poner medios para iniciar el cambio.

Te dejo esta canción, madrenobra. 

Hasta la próxima.

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