Una manera sencilla para conocer el clima afectivo en un jardín de infantes

clima afectivo, niños, maestros
Ya hiciste la preselección del jardín de infantes para tu hijo.
Ya analizaste los espacios que ofrece el maternal y el uso educativo del mismo.

Vayamos a los vínculos que tu hijo necesita.
Para mí es lo más importante en un jardín de infantes.

Las personas que trabajan en el jardín de infantes


El clima afectivo es importante en cualquier institución educativa. La diferencia es que en un jardín maternal los niños son más vulnerables.
Por esto, no sólo importa cómo tratan las maestras a los niños, sino cuáles son las condiciones afectivas del entorno.

Trataré de explicarme


Todas las personas que trabajan en el jardín maternal estarán en contacto con tu hijo, directa o indirectamente. Aunque tu hijo nunca vea a la directora -por ejemplo- el estilo de vínculo que ella establece lo afectará. Un director genera más o menos estabilidad en el personal que atiende a los niños.
Lo mismo -aunque en otro grado- sucede con el portero, la cocinera, etc.

El clima afectivo es ese entramado que se percibe al ingresar a un lugar: 
  • distendido, alegre, disponible; 
  • solemne, distante, frío;
  • una mezcla de todo

Averigua si en ese hermoso jardín de infantes que seleccionaste, están dadas las condiciones afectivas para tu hijo.

El vínculo afectivo que se establece entre los niños y la maestra es el elemento nucleador de la relación pedagógica.
A. Barcena

 

 

 Pistas para conocer el personal


  • ¿Cómo es la gente que trabaja allí? 
    • Observa sus miradas, gestos, actitud corporal. Si escuchas comentarios, identifica qué se dijo en realidad. 
    • Atiende cómo se dirigen la palabra entre ellos. Presta atención a quien te recibe, a quienes están limpiando, a quienes cuidan a los niños. 
  • Averigua quién es la maestra y también sobre los profesores extras
    • Educación Física, Música, Danza, Computación, Inglés, Expresión Corporal, Psicomotricidad, Arte... 
    • ¿Cada disciplina la trabajan personas diferentes o es un mismo maestro polivalente?  En esto no importa que vaya la maestra con el grupo. La multiplicad de personas en un maternal genera inseguridad, aunque el niño "se adapte". Veo marketing, exigencia y caos en un sitio donde la calma y la posibilidad de encuentro son esenciales.
  • Quiénes son las educadoras auxiliares. Esto se nos escapa muchas veces, y son ellas quienes están en contacto directo con tu hijo, la mayoría de las veces a solas. En un maternal son las que cambiarán pañales, darán de comer, etc. Pregunta si tienen formación. Pide para conocerlas cuando conozcas a las maestras y escucha a ambas:
    • ¿Cómo se dirigen a los niños? 
    • ¿Cómo hablan de otros niños?
    • ¿Cómo es el tono de voz?

No todos los niños necesitan lo mismo


Hay niños que disfrutan más un sitio contenedor y austero que uno de gran jolgorio y movimiento.
Observa a tu hijo y al jardín que elegiste:

¿Qué necesitas descubrir para confiar que es el mejor jardín para tu hijo?

Una pista

¿Cómo es la rotación del personal?  Que un grupo cambie de adulto referente, afecta el sentimiento de seguridad de los niños pequeños. 
No se trata únicamente la permanencia y asiduidad de los maestros sino el proyecto institucional. 
Cuando la institución basa su propuesta en diferentes docentes -es decir, hay gente que entra y sale de la sala-, es un elemento estresante y de inseguridad para los niños. 
Observa en tu cotidianidad cómo se lleva tu hijo con el cambio de personas.
No se trata si deja de llorar. Algunos niños manifiestan la inseguridad no integrándose a las propuestas o al grupo, por ejemplo. 

Otro punto

Escucha las respuestas que te dan en el jardín.  Dicen mucho sobre la imagen de niño y el currículo oculto que enseñan. 
Los niños se adaptan. Y es cierto, porque obligamos a los niños a adaptarse a todo. 
Y, si más adelante manifiesta en la escuela conductas no adecuadas, nos extrañamos o mandamos a terapia.

Cuando los padres llegan con su hijo a la instancia terapéutica, generalmente lo han perdido de vista, y los síntomas o dificultades del niño lo han sustituido: ven sus conductas o comportamientos, pero no al ser que es.
Patricia Vidal (Las formas del amor)

¿Y cuándo se empieza a perder de vista el ser de un niño?
Cuando, por la vida que llevamos, siempre le obligamos a adaptarse a nuestro ritmo adulto.

En la época en que buscaba jardín para mi hija, la anoté en un sitio que -más allá de la beca obtenida- me exigía trabajar durante muchas horas. El rector dijo algo que resultó tranquilizador y aclaró qué decisión tomar:

A esta edad no precisan un colegio, precisan a sus padres. Si para que venga acá tú estarás menos tiempo con ella, yo lo pensaría dos veces.

Mirá a tu hijo pequeño. 
No necesita la exigencia de una universidad en un jardín de infantes. Necesita vivir su infancia.

Antes de irte, comparte esta entrada para que otros padres puedan beneficiarse de ella.
¡Gracias!

 

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