De la censura de cuentos infantiles: La realidad de los exilios y la dicha de pertenecer.

Encontré en la librería una versión del cuento “El patito feo”. Me encantó el diseño y lo tomé para ojearlo. Tan disimulado estaba el drama original que no lo compré. La narración refería casi a un paseo desde el gallinero al lago, donde estaban los cisnes. 
¿A quién le importa el paseo de un pato? 

Un cuento de hadas 


Me gustaría saber quién recuerda el cuento, el original. Es una historia donde todo le sale mal. Todo. Y cada vez que está a punto de sucumbir, algo pasa que le permite retomar fuerzas. 

Cuando de chica escuchaba el drama, lloraba por el pobre bichito. Pero probablemente lloraba mi propio sentimiento de desarraigo a los grupos donde pertenecía. Como dice Bettelheim en Psicoanálisis de los cuentos de hadas
Este es precisamente el mensaje que los cuentos de hadas transmiten a los niños, de diversas maneras: que la lucha contra las serias dificultades de la vida es inevitable, es parte intrínseca de la existencia humana; pero si uno no huye, sino que se enfrenta a las privaciones inesperadas y a menudo injustas, llega a dominar todos los obstáculos alzándose, al fin, victorioso.

En los cuentos de hada ocurre aquello de

y a la hora del naufragio 
y la de la adversidad
alguien te rescatará 
para seguir cantando
Ma. Elena Walsh




¿Por qué no me aceptan? 


Cuando la obra se adapta a esta época donde la evasión es una virtud, la estética vende y el hedonismo es dios, el cuento pierde su fuerza original. ¿Con qué se va a identificar un niño que vive el exilio de sus grupos si no se muestra la crudeza del drama?
¿A quién le importa el paseo de un pato? Eso no es lo que cuenta la historia original.
La posiblidad de reconocer que una de las tareas humanas es la de mantenerse en movimiento hasta encontrar quiénes somos, dónde están nuestro similares y formar parte de una bandada, está en la totalidad del cuento. No en las síntesis decoradas.

Claro que un cuento de hadas no arregla nada. Lo que puede hacer (sin explicar ni dar más información que el texto original) es ayudar al niño a identificarse, encontrar sentido, esperanza.
La esperanza de sentir que pertenecemos, que somos -para alguien- únicos en el mundo. Entonces, no leas a tus hijos cuentos de hadas censurados. Confía que tiene la posibilidad de integrar, cuando le llegue el momento, la sabiduría de vida que poseen.

La intimidad del vínculo


Ayer, con un vino entre las manos y frente a dos amigas, pusimos en orden las cosas. Conversamos sobre quiénes éramos, en qué nos hemos transformado, qué íbamos a realizar hacia adelante. Claro que hablamos de mil otras cosas, pero ese espacio de exponer nuestra vulnerabilidad pudimos hacerlo porque unas pertenecemos a la intimidad de las otras.

La intimidad se construye.

Uno no habla con todo el mundo de ciertos temas. Por más blog, facebook y redes sociales instantáneas, cuando uno necesita resolver algo serio, necesita encontrarse. Si no, sólo es cáscara, exposición.

Para encontrarse, uno debió caminar la soledad del patito feo: Aceptó el exilio de ciertos grupos, enfrentó el dolor de sentirse solo, y llegó al lago donde estaban los iguales a su reflejo.

De hecho esto es lo que hila la vida de los seres humanos: caminar con sentido.

Comentarios