Cómo hacer para estimular las nociones espaciales y temporales en nuestros hijos

La representación del espacio exige un largo proceso de aprendizaje.
La estructuración espacio- temporal es un proceso complejo que va de la mano de la organización del esquema corporal. Para que alrededor de los 7 años se llegue a representar en forma descentralizada el espacio, es necesario que desde los primeros años de vida tu hijo perciba, vivencie y tome contacto con estas dimensiones. Si estamos atentos, en casa surgen muchísimas posibilidades que permiten volver conciente estas vivencias. Aquí dejo otras propuestas para hacer mientras ordenas la casa con tus hijos chicos.
1.- Un punto para ti
Precisas una pizarra o una hoja con columnas y el nombre de cada jugador. Coloca la hoja en un lugar visible y tantos marcadores como participantes.
El juego consiste en guardar un objeto en el lugar que va y, por cada objeto, el niño va a la mesa y hace una raya en su columna (o en su hoja si se confunde en el manejo de columnas). Hasta que tu hijo comprenda la regla del juego, tú puedes marcar el puntaje de todos.
Al finalizar: Contar las rayas y nombrar lo guardado. Deben nombrar el sitio donde quedó alguno de los juegos guardados. Por ejemplo, “El oso arriba de la silla, la caja de maderitas adentro del baúl”
Puntaje: Los objetos únicos (autos grandes, muñecos, etc.) valen 1 punto. Los de caja, 3 (o 5 si son muchas piezas).
Para tener en cuenta:
Si tienes hijos con bastante diferencia de habilidad (porque uno es más grande, por ejemplo), puedes acordar que el más hábil escriba la palabra de lo que guardó (en lugar de la raya ). O acordar límites espaciales, por ejemplo: sólo puede guardar lo que va en el estante superior (si existe estante superior, obvio). De esta manera, el otro dispone de unos minutos más para ordenar.
Pueden dar puntos por utilizar correctamente las palabras que refieren a ubicación espacial o temporal: arriba, al lado; primero, después, etc.
No abuses del recurso. Si todos los días lo haces puede ser:
porque les fascinó la propuesta o, lo más probable,
dejó de ser juego y sólo es orden.
El requisito indispensable es ponerte en “actitud” de juego. Que el orden pase a segundo plano y puedas disfrutar el momento (reír, hacer bromas, crear propuestas). Es preciso prepararnos para volver a casa.
2.- El juego de los mandados
Di una orden a tu hijo que deberá repetir adecuadamente a alguien que esté en otra parte de la casa. Por ejemplo: “Dale esto a Fulano y dile que lo guarde dentro del placard”.
Si vives sola, dile la orden para que él guarde.
Si no logra orientarse repite la orden. A veces la dificultad no es la orientación en el espacio sino retener la información escuchada.
Para tener en cuenta:
Por lo general a los niños les resulta más fácil ejecutar órdenes que refieren a nociones arriba-abajo o adentro-afuera. Las nociones delante-detrás o “al lado de” tienen más complejidad aunque en la práctica manejan todas las nociones. Conviene que empieces por las expresiones que tiene incorporadas. Si las confunde, simplemente -y “casi al pasar”- le indicas la ubicación correcta. Si la confusión se repite a pesar de haber jugado muchas veces, habla con su maestra sobre lo que observas.
3.- ¿Qué hicimos hoy?
Otra manera de ayudarle a reconocer secuencias temporales es retomar alguna situación vivida. ¿Qué hicimos antes de llegar a casa? (primero fuimos al supermercado, después a casa de la abuela, etc.) ¿y después de llegar a casa?
Si introduces esta propuesta en el rito de ir a dormir, puede servir para tomar contacto con lo hecho durante el día y conversar sobre algo que sucedió.
Si es la noche de un viernes o de un domingo, puedes introducir la noción de día de descanso y laborable al proyectar el día siguiente. Son pequeñas acciones que ayudan al niño a iniciarse en la comprensión del tiempo social.
Como cierre
Entonces, el espacio se domina desde la acción; es preciso la percepción, la vivencia antes que logre su representación. El conocimiento mediante “la acción” se vincula con la toma de conciencia de las coordenadas en las que nuestro cuerpo se mueve y por las que transcurre la acción. Pero para que sea posible la representación es necesario que, además de la vivencia corporal, tu hijo adquiera un vocabulario específico que refiere a esas nociones. A medida que crece, podrá organizar su acción en función de parámetros cerca-lejos, dentro-fuera, grande-pequeño, derecha-izquierda, etc. O parámetros temporales: antes, ahora; ayer, hoy, mañana; entre otras.



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