Ideas para ejercitar y recuperar la capacidad de asombro


Deseando ofrecerles la mayor cantidad de herramientas, llenamos la vida de nuestros niños de actividades. El objetivo: ayudarles a que estén bien preparados para el incierto futuro que estamos creando. Es un buen objetivo, pero los medios son inadecuados para los niños.

La infancia posee tiempos diferentes a los adultos. Cuando respetamos esos tiempos infantiles,  permitimos que tomen contacto consigo mismos. Que vivan en el presente. Y es el presente el momento donde transcurre la vida, donde uno puede conectar con quién es, con lo que piensa, desea, hace. 
Esta canción, de la película Estrellas del cielo en la tierra, expresa lo que intento señalar. (La traducción no es muy acertada, pero trasmite la idea)

Capacidad de observar: posibilidad de asombrarse.


La capacidad de asombro depende de la actitud con que participamos del lugar que habitamos. Los adultos hemos dejado de lado esta habilidad y nos cuesta entender el asombro de los niños. Conviene, como madre en obra que somos, ejercitar esta destreza. Por ejemplo, 
  • encuentra insectos diferentes mientras caminas por la vereda.
  • examina cómo se desplazan. 
  • descubre semejanzas y diferencias entre ellos.
  • observa las hojas del suelo y descubre a qué especie de árbol pertenecen.
  • descubre formas a las nubes.
  • inventa constelaciones señalando las estrellas que la integran.
  • siente la brisa en la piel.
  • apaga las pantallas y escucha.
  • mira cómo caen las gotas de lluvia.
  • observa la tierra cuando riegas una planta.
  • encuentra novedades en la planta de la maceta.

El asombro como motor de encuentro


Hace poco leí Brevísima historia del tiempo de Stephen Hawking. Me entretuve en la anécdota del astrónomo Roemer: Año 1676.

Al observar los eclipses de las lunas de Júpiter se imagina que la velocidad de la luz tiene que ser limitada aunque muy alta, y no infinita como se suponía. El hombre fundamenta esta hipótesis y hace un cálculo bastante acertado; todo por preguntarse sobre lo que ocurre con los eclipses de esas lunas.
Es cierto que "otros", en su época, miraron el cielo y no llegaron a semejantes preguntas. Menos aún a sus aciertos. Esto pudo ser por diversas razones. Por ejemplo los otros:
  • Miraron sin ver porque no sentian asombro. Estaban acostumbrados al cielo.
  • No tenían formación e información que les permitiera preguntarse.
  • No sintieron pasión por hacerse preguntas diferentes sobre lo que observaban.

 

 Llevado a nuestra vida

 

Acostumbrarnos a funcionar dentro de los parámetros de la rutina, sin darnos cuenta de lo que nos rodea, puede llevarnos a andar en “piloto automático”. ¿Cómo podemos darnos cuenta si esto sucede? Si estamos juntos, en familia, pero sin encontrarnos, es un indicador de piloto automático. Una forma de contrarrestar esto, es estimular nuestra posibilidad de asombro. Desde esta capacidad serás capaz de:
  • Percibir novedades en el presente del “cielo” que miras.
  • Preguntarte si sucede algo que deseas mejorar.
  • Chequear con la información que se tiene (leer, preguntar).
  • Chequear con la interioridad personal (sentir, percibir).
  • Y permitir fluir la creatividad para beneficio de quienes te rodean.




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