Educar hijos requiere una red de contención. Aunque vivas sola con tus hijos, no tienes por qué educar en soledad.
Después de la locura inicial, cuando logramos cierto equilibrio familiar y las cosas se encaminan, las madres solas (divorciadas, viudas, solteras) llegamos a la convicción de que podemos solas. Esto tiene su polo positivo, aceptar la realidad posibilita continuar la vida cotidiana. Y tiene su polo negativo. Surge una especie de super woman que hace y deshace de acuerdo a su criterio.Y guiar todo por su criterio genera una sobreexigencia personal.
Decidir qué se compra y qué no, qué se almuerza y qué no, a dónde se permite ir a los hijos y a dónde no, horarios, límites, consejos en conversaciones nocturnas (que es cuando los hijos parecen recordar sus preocupaciones), etc, etc. No es bueno cargar durante demasiado tiempo con el rol de super woman. La educación es una tarea que exige entretejer junto a los hijos, y las 
madres conocemos sólo algunos hilos. Entonces, no importa si en los hechos puedes sola: no es sano ni para ti ni para tus hijos.
Si no hay otros referentes, hay que buscarlos. De lo contrario, quitamos al niño la posibilidad de diversidad: confrontar ideas, sentimientos, 
posturas, con otras perspectivas adultas diferentes a la de la madre. Más allá de sus particularidades, las parejas se complementan en la crianza cotidiana. El papá actúa como contenedor del vínculo madre-hijo, y da perspectiva a muchas de las posturas materna. Y a la inversa. Pero cuando uno está solo, es preciso invitar personas que cumplan esa función de “red de contención”. 
¿Quieres un consejo?
Siéntate un momento y piensa a quiénes invitarás para que integren tu red de contención.
¿Quiénes pueden integrar la red?
- Personas que quieran mucho a tu hijo.
- Personas que te quieran mucho a ti.
- Y, si andas con suerte, con personas que quieran a ambos. Eso es genial.
En el primer caso, busca alguien 
con quien estés segura que tu hijo estará bien cuidado. Importa menos si
 tú sientes simpatía o no por esa persona. Por ejemplo, este grupo puede
 incluir familiares del padre de la criatura -si aún mantienes cierto 
vínculo con él.
En el segundo caso,
 deben ser personas con las que puedes despacharte con confianza sin que
 piensen que eres un monstruo. Aunque hasta hoy hayas sido una persona 
normal, ser madre saca al ogro que te habita, ya verás. Y no te asustes;
 ser ogro es parte de la maternidad. En este grupo no conviene que 
incluyas a familiares del padre de la criatura, aunque mantengas un buen
 vínculo con él.
Esta red no sustituye la función materna pero la encauza. Sigue el consejo de arriba y busca personas “contenedoras” con las que puedas acompañarte, hablar, descansar, ser tú la cuidada por un rato. Ser madre soltera no necesariamente quiere decir estar sola (aunque vivas sola).¿Qué tareas pueden realizar quienes integren la red?
En mi caso, además de escuchar cuando precisaba, estas son algunas cosas que hicieron por mi los integrantes de la red durante el primer tiempo de la maternidad:
- Limpiar el ombligo a la recién nacida. Los primeros días tenía terror de desarmar el nudo. Sé que es absurdo, como la mayoría de los miedos si vamos al caso. Si no había nadie cerca lo hacía pues era necesario. Ahí está lo que digo sobre la contención: no se trata de que “no pueda sola”, sino que no tienes por qué hacerlo sola. En mi caso, el tema “ombligo” me exigía muchísimo esfuerzo y autocontrol. Mucho más sencillo era si otro se encargaba de hacerlo.
- Cortar las uñas al bebé. Sin palabras. Se arañan continuamente y los cortaúñas son inmensos. Incluso los de bebes. (Hace poco conocí una madre que le pone mitones. Cuando llega el papá, es quien se las corta).
- Atender a mi hija, principalmente cuando yo necesitaba un respiro.
A medida que el tiempo pasa, algunos integrantes cambian. Por ejemplo, durante la adolescencia la presencia de los padres sufre una especie de corrimiento. Es obvio que precisan contención y referencia adulta, pero no la aceptan fácilmente de los padres.
La red de apoyo, ampliada con madres de amigas de mi hija, referentes del liceo que ella sentía válidos, fue muy útil. Ciertos temas que en la casa de uno los adolescentes no los escuchan o no los quieren hablar, pueden hacerlo con otros adultos en quien uno confíe. A ver. Lo hablarán con quien ellos quieran, pero si uno quiere tratar un tema puntual, además de hablarlo en casa, puede pedir a alguien de la red que hable también.
Los hijos necesitan un entramado para crecer.
¿Qué tareas no puedes delegar en la red?
NUNCA dejes que otro paute las normas de comportamiento, convivencia, horarios, etc. Salvo excepciones y en forma puntual (por ejemplo pasa un fin de semana con los abuelos) debes darte tiempo con tu hijo para conocerle y establecer qué normas consideras necesarias en la etapa que vive. No dejes este espacio vacío porque terminará ocupándolo otra persona o institución –en este último caso es nefasto para el niño.
Educar es un acto de transferencia, te guste o no. El ejercicio de la paternidad es parte de la socialización primaria que recibe tu hijo, y mediante la cual incorporará ideales, valores, miedos, desconfianzas, prejuicios… así que mejor que sean los tuyos. Es mucho mejor equivocarse y necesitar dar marcha atrás, que dejar un vacío de normas. Si tú no estás durante su infancia, ¿a quien imitará tu hijo hasta que pueda apropiarse de su ser?
¿Qué haces cuando necesitas contención?


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