Comenzar, recomenzar, y volver a reformar lo hecho

De nuevo el diseño de este blog sufre transformaciones. Hace ya un mes que voy y vengo y no "doy en el clavo". Esto de cambiar de Hosting no es nada sencillo. Menos cuando se tiene poco conocimiento sobre la tarea. Claro, tengo deseos de hacerlo mejor. Quiero que al fin la página quede bonita y fácil de acceder a lo que se busca. Y acá ando, con pocas herramientas y mal usadas, dando vueltas y vueltas intentando encontrar la llave maestra para un diseño práctico y agradable. Y no termino de lograrlo.

Entonces caigo en la cuenta que no es tan diferente lo que ocurre ahora con el blog de lo que ocurre con ser madre.

Una se da cuenta que su día a día puede mejorar.
Acepta la idea.
Lee en la web, busca en libros, medita, escucha aportes de amigos, de no tan amigos, y no hay caso. Todo sigue patas arriba tan caótico y claro como cuando empezó, en mi caso hace más de veinte años.  Todo sigue casi igual.
Es hora de aceptarlo. Un cambio requiere:

  • de voluntad personal, 
  • de información sobre lo que se desea cambiar, 
  • de un entorno que apoye 
  • y de alguien que tenga la disponibilidad para ayudarnos, contenernos mientras tejemos todo el entramado de hilos que tenemos en las manos. 

El cambio se inicia en algún momento.
Lo curioso es que nunca termina.
Parecería que ser madre es estar en obra toda la vida.

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